Una de las cuestiones más significativas en la reconfiguración de la OTAN tras el final de la Guerra Fría fue el lanzamiento del Diálogo Mediterráneo en orden a cambiar las percepciones sur -norte en temas de defensa y posteriormente conseguir una cierta asociación con los Estados de la periferia sur y este del Mediterráneo con la excepción de Líbano, Siria y Libia- Argelia se incorporaría tardíamente, en el año 2000-.