Una de las cuestiones centrales del sistema internacional en la actualidad lo constituye su transformación a un sistema multipolar con planteamientos y reglas de funcionamiento claramente diferenciadas del orden internacional liberal liderado por Estados Unidos.
El aspecto más sobresaliente en este cambio lo constituye el auge de China y su creciente implantación en los cinco continentes, cuestionando los planteamientos y reglas establecidas por Estados Unidos,
Estados Unidos, tras el final de la guerra fría, pretendió que el ascenso en la escena internacional de diversos actores, de forma especial China, no rompiera con su propia preminencia en el sistema y así abrió el camino para la admisión de China en la Organización Mundial de Comercio. Los desequilibrios comerciales bilaterales se fueron progresivamente incrementando, a pesar de los intentos de las administraciones del presidente George W. Bush y del presidente Barack Obama. En el ámbito político y diplomático, China crecientemente trató de implantarse de forma prominente en la zona del índico y el Pacífico, dando lugar a una creciente división en ASEAN e induciendo a una profunda preocupación, de forma especial en Japón, la India y, en otro orden, en Australia. En el ámbito militar, China incrementó su presencia e implantación en la zona, con una modernización militar sostenida y el establecimiento de puntos de apoyo. Y en el ámbito económico creció muy significativamente la presencia en todos estos países, llegando a ser su principal socio comercial, desplazando a los Estados Unidos
Para hacer frente a esta situación, la administración de Barack Obama lanzó la iniciativa “ Pivot tu Asia”, rebautizada después como “Reequilibrio” que incluía el fortalecimiento de las alianzas militares, nuevas asociaciones con otros Estados de la zona, el fortalecimiento de las relaciones multilaterales, la diplomacia económica, una mejor distribución militar conexionando el índico con el Pacífico y la mejora del buen gobierno, la democracia y los derechos humanos.
Esta iniciativa sufrió diversos cambios y acabó centrándose en lo que China hacía o quería hacer, rompiendo el esquema general inicial, y, finalmente resultó un fracaso en el ámbito económico, al no poder ratificarse el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) , en el ámbito militar, con la implantación de China en siete de las islas del mar del sur de China, y su militarización como un hecho consumado, sin que hubiera reacción de Estados Unidos, y en el ámbito de los derechos humanos, centrándose China en la ortodoxia comunista con características chinas.
La nueva administración del presidente Donald Trump intentó contener el deterioro de la situación y acabó lanzando una nueva iniciativa: “Un libre y abierto índico Pacífico”, donde aparecían varios de los pilares de la estrategia de Reequilibrio anterior, pero la nueva iniciativa aparecía demasiado centrada en temas de seguridad. El tema económico era nebuloso al faltar un marco adecuado para encauzar la iniciativa privada de forma duradera y la clarificación de la política económica estadounidense con respecto a otras iniciativas económicas en curso en la región al haberse retirado del TPP y aparecía desdibujado con respecto al tema de seguridad. No aparecía ni China ni el fortalecimiento de las relaciones multilaterales, aunque se citase a ASEAN. Y el pilar sobre buen gobierno y fortalecimiento del Estado de Derecho no mencionaba los derechos humanos ni la democracia, pues el presidente Trump había manifestado que no querían imponer su forma de vida a nadie y había buscado un acercamiento a los dirigentes y hombres fuertes de la zona. Era una iniciativa más centrada en la competición que en la cooperación y esencialmente chino céntrica.
Dadas las deficiencias de esta aproximación, el Congreso de los Estados Unidos acabó aprobando una ley titulada “The Asia Reassurance Iniciative” que el presidente Donald Trump firmó el 31 de diciembre de 2018.
La nueva ley tiene cuatro apartados que incluyen la política y la estrategia diplomática a seguir en el índico-Pacífico, la promoción de los intereses de seguridad en la región, los intereses económicos y los valores de Estados Unidos. Y presenta los principales desafíos al sistema internacional establecido: La construcción y militarización de islas artificiales por China en el mar del sur de China y sus prácticas comerciales coercitivas; las capacidades nucleares y de sistemas balísticos de Corea del Norte; la creciente presencia del Estado Islámico y otras organizaciones terroristas en el sudeste de Asia; la transformación del orden económico; y los abusos y restricciones a los derechos humanos y libertades ciudadanas en la región
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Palabras clave: Auge de China. Estados Unidos, Orden internacional liberal, Guerra comercial, Declive.